viernes, 21 de noviembre de 2008

Elementales de fuego

(c)Copyright Carmen Jijón. All rights reserved worldwide.

Los elementales de fuego posiblemente sean los más antiguos y los más misteriosos de todos los espíritus de la naturaleza. Son tan antiguos como la tierra misma en su proceso de formación y casi nunca se muestran a sí mismos.

El fuego en sí mismo es un elemento misterioso e hipnótico, vital y mortífero. Es importante entender que el fuego no solamente son flamas, combustión y calor, sino también luz radiante y por lo tanto este elemento tiene relación directa no sólo con el poder, sino también con la iluminación espiritual y el mundo invisible hecho visible gracias a la luz. Como dice el génesis: "Dios dijo: Haya luz... y vio que la luz era buena y separó a la luz de las tinieblas...(La Biblia es un libro terriblemente mal utilizado y mal interpretado, pero no profundizaré en eso aquí).

En el principio entonces, cuando el mundo nace, inicia una fuerte explosión luminosa, la luz que se separa de las tinieblas (caos), y la Tierra nace de la fiereza de explosiones volcánicas. El fuego entonces, también representa la poderosa fuerza vital con su indomable voluntad y determina lo que la Tierra es en su esencia.


En el nivel más profundo de la evolución los elementales del fuego son seres que existen en el centro de la tierra y presiden el destino del planeta. Son incomprensibles para la conciencia humana. En una segunda etapa de evolución llegan a la fina corteza terrestre y allí realizan distintas tareas, éstos son conocidos como Salamandras. Principalmente toman el rol del proceso de madurez, de transformación y de descomposición. Estos elementales pueden ser percibidos cuando transforman el compost en tierra fértil, o en el llama que enciende la madera o que baila sobre una vela. Ningún fuego prendería sin la intervención de estos espíritus. También son aquellos que se encuentran en el umbral entre la vida y la muerte, en el proceso de regeneración a través de la fuerza vital. En un tercer de evolución existen los espíritus de la luz y la creación de la luz. Son prácticamente brillantes hasta el punto de ser insoportables. Envían luz en esferas de diferentes tonos y colores. En un cuarto nivel de evolución existen los espíritus de la inspiración que encarnan el rol espiritual de este abrazador elemento en el arte y la vida en general. Son los mediadores entre las intuiciones que provienen de las altas esferas, los seres angélicos, los patrones cósmicos y los niveles materiales de la creación. Estos antiguos seres eran conocidos como Musas, quienes también transmiten las bendiciones de la Diosa. Todos estos niveles de evolución en el reino elemental están entretejidos y trabajan en cooperación, como una red, con los otros elementales (de agua, tierra y aire) para que la vida se manifieste en el mundo material.

La historia de Ognevushka:

Esta historia de Pavel Bhazov cuenta la existencia de una pequeña niña que aparece en el centro de las hogueras y baila. Su nombre era Ognevushka-Poskakushka ("ogon'" significa fuego y "skakat'" saltar en ruso).Ella les muestra a los buscadores de oro los lugares donde lo pueden encontrar. Pero es muy difícil recordarlos. Una noche, un grupo de buscadores de oro, estaban sentados alrededor de una hoguera contando historias y leyendas. Entre ellos estaba el pequeño Fyodor de 8 años, su padre y su tío Ephim. De repente una pequeña y alegre niña de pelo rojo y vestido azul, no mayor que una muñeca, apareció entre los carbones ardientes. Empezó a danzar alrededor de los buscadores de oro y creció y creció hasta hacerse del mismo tamaño de Fyodor. Cerca de uno de los árboles que le rodeaban se detuvo, pero en ese momento un buho se detuvo y ella desapareció. El tío Ephim dijo que era un signo de dónde deberían buscar el oro y para ello necesitaban encontrar el árbol. Todos buscaron en árboles diferentes y cavaron alrededor de ellos, sin encontrar nada. Algunas veces más el niño y su tío vieron a la niña, pero cada vez que cantaba un buho, ella desaparecía. No podían encontrar nada. Su familia se convirtió en el blanco de burlas de la villa, a veces de maneras muy crueles. Un frío invierno, la madrastra de Fyodor estaba de mal humor, por lo que él decidió visitar a su padre, que se encontraba enfermo en el hospital. Para ir hacia el pueblo, Fyodor debía pasar por medio del bosque y de repente bajo un árbol de abedul, Fyodor vio nuevamente a Ognevushka bailando en la nieve. Ella vio al niño y sus alegres ojos derritieron la nieve alrededor del viejo abedul. "Cuando la primavera llegue, ven a buscar bajo este abedul" le dijo. Fyodor respondió que mucho han buscado y no hallaron nada. Entonces Ognevushka le dio una antigua espada de los buscadores de oro y le dijo "Toma, esto te ayudará" y desapareció. En la primaveray Fyodor y sus parientes cavaron alrededor del árbol y encontraron tanto oro que jamás les volvió a faltar nada en la vida. (Leyenda Rusa, de los montes urales)
Fuentes: Marko Pogaçnic, "Nature Spirits and elemental beings" y http://www.russianlacquerboxes.org/tales/ognevushka.html

viernes, 14 de noviembre de 2008

El despertar de la Diosa

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La visión dualista del mundo donde los reinos invisibles se polarizaron en polo demoníaco y polo de la luz, nos legaron un mundo desgarrado. En la cosmovisión antigua, que persistió a manera de mitos, leyendas y cuentos de hadas, se mantenía viva la imagen de la Diosa y sus tres aspectos de Virgen, Madre y Anciana. Estos tres aspectos simbólicos representan la unidad, la creatividad y la transformación. Si bien parece ser que las Diosa era venerada en el Paleolítico como Una, en el Neolítico ya cambia su percepción. La representación de la diosa triple más antigua se remonta al año 13 000 A.C. (talla en roca de la cueva francesa Angles-sur-l'Anglin).
Estos aspectos al ser símbolos de la Diosa poseen múltiples significados y acercamientos. Para algunos son las edades de las mujeres y su relación con los ciclos de la fertilidad; para otros son los ciclos lunares; talvez sea una necesidad social específica o una forma de acceder a la Gran Diosa de manera menos compleja; o talvez que representan pasado, presente y futuro.
Nuestros antepasados inventaron rituales para mantener vivas las energías de la Tierra, ayudados por seres invisibles, considerados en sus varios niveles de evolución como: elementales, devas y seres angélicos (no digo ángeles para no confundir, pero viene a ser lo mismo ;) .)

Debido a la división y polarización de estos aspectos, se producen múltiples atentados principalmente en contra de aquellas personas quienes aún mantenían contacto con los seres elementales. Además casi se eliminan por completo los símbolos materiales y los rituales que mantenían en balance a las fuerzas de la naturaleza. Al romper los lazos y asesinar cruelmente a los seres humanos que aún podían contactarse con el aspecto más sutil de la naturaleza (léase las mal llamadas cacerías de brujas, porque en realidad fueron genocidios), cunde una ola de terror, que aún hoy por hoy, esparce sus semillas de ignorancia y destrucción.

Afortunadamente la verdad permanece más allá de las creencias predominantes de los humanos y sus sucesivos atentados ecoterroristas; por lo que los seres o espíritus elementales siguen honrando a la Diosa y generando la unión entre sus diversos aspectos y las polaridades femenina y masculina de la energía...

Así es como los cuentos de hadas han mantenido en sus ensoñadoras narraciones verdades develadas solamente a los entendidos, que ahora pueden ser compartidas por todos. Algunos de esos cuentos son "Blanca Nieves y los siete enanos" o "La Bella Durmiente del Bosque", que como cuentos pueden velar y a la vez revelar la Verdad de la Diosa y su simbología para la psyche humana. En estos cuentos, la Diosa en su aspecto de Unidad (cielo y tierra, vertical y horizontal) o doncella, es perseguida por la polaridad demoníaca o bruja, con la que fue catalogada la Diosa durante las Edades más oscuras de la Humanidad en los últimos 25,000 años (Kali Yuga: desde 500 A.C. hasta 1700 D.C.). Es decir, fue perseguida por la Ignorancia. Y fue recibida y cuidada por ¿quiénes? ¡Por los seres elementales! Tanto hadas como duendes se encargaron de mantener escondida y a salvo a la Diosa o a la Unidad, hasta que pueda nuevamente "despertar con un beso de amor" por parte del Noble Príncipe o mejor dicho: Un corazón puro. No es de extrañar pues, que haya resurgido el clamor de la Diosa y su veneración en los últimos 100 años y por su puesto, que hoy en día podamos hablar de los elementales con más facilidad, aunque para muchos aún sean un producto de la fantasía... pero peor es nada.
Fuentes:Shahrukh Husain, "La Diosa"; Marko Pogaçnik, "Nature Spirits and Elemental Beings".

jueves, 11 de septiembre de 2008

Las Diosas del Agua


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El flujo natural del agua nos recuerda nuestra libertad; la forma en que podemos rodear o abarcar los obstáculos, como un pequeño manantial que serpentea entre las piedras o como un gran río que las cubre y las hace suyas. Nos recuerda nuestra inmensidad como el océano o como las nubes en el cielo. Y también nos recuerda que aquello que no fluye, se estanca y se pudre.


El agua es el elemento de la vida, las emociones, la madre nutricia, la destrucción, en fin, es el elemento de la vida, la muerte y el renacimiento. También es el elemento de la regeneración y por lo tanto de la salud. Como origen de toda vida y del mundo emocional tiene como fuerza primordial el Amor. Por ello diosas como Oshún, Chalchihuiltlicue o Afrodita provienen o están relacionadas con el agua.


Este elemento también se relaciona con las habilidades psíquicas y la intuición que viene del centro emocional y no del intelecto. Al ser un elemento esencialmente femenino nos revela los misterios profundos del ser, el inconsciente, la purificación, y la compasión.

Las diosas del agua, al ser convocadas, pueden ayudarnos cuando necesitamos remover obstáculos de nuestro camino, en especial si nuestras emociones están bloqueadas o no las podemos expresar. También si sufrimos heridas, necesitamos sentir el Amor en cualquier situación o relación. Al encontrarnos con ellas nuestras emociones se limpian, se sanan y podemos sentir que nuestro ser "renace" a una nueva etapa de la vida.

Las diosas de la intuición y lo desconocido, así como de los poderes psíquicos, puden asistirnos cuando necesitamos ver o conocer aquellos tesoros ocultos en nuestro interior. Su poder creativo se manifiesta a través de la palabra y de las formas bellas.

Tal vez lo que necesitemos sea sensibilizarnos hacia mundos más sutiles y mágicos, por lo que podemos trabajar con las diosas del agua para desarrollar nuestra sensibilidad, compasión y empatía. Como diosas de la muerte, nos recuerdan que ésta no es más que un umbral y que la vida es un continuum dentro del vasto océano de la Divinidad.

Algunos nombres de diosas del agua son: Mehet-Weret, Yemanjá, Aegeria, Branwyn, Latis y Thethys.

miércoles, 23 de julio de 2008

Ondinas y ninfas: elementales del agua.


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¿Qué son los elementales? Me preguntaba yo leyendo a Paracelso... ¿realmente existen o son sólo una representación simbólica de la energía vital de la que todo ser está formado? Y para mi sorpresa ¡los elementales sí existen! Frecuentemente se cree que son seres fantásticos, e incluso se les otorgan características humanas y amores y desamores, que mantienen velado su carácter espiritual. Cada vez menos personas los pueden percibir debido a la desconexión con la naturaleza y con la energía vital de la que estamos formados. A menos de que medites o practiques Reiki, no es común estar consciente todo el tiempo de esta energía. Los seres elementales comparten con nosotros su energía para sanar y construir la Tierra (plantas, ríos, mares, flores, corrientes de aire, fuego, etc.), pero existe por nuestra parte ignorancia y negligencia de su existencia y poderes...

Los elementales viven en dos dimensiones simultáneamente y pueden ser percibidos a través de las emociones, ya que no poseen un cuerpo material como el de los humanos. En realidad toman la forma de un vórtex de energía, ya que habitan en el plano etéreo y están formados de vitatrones. Su conciencia es emocional y no pueden ser percibidos por el intelecto, sino, solamente a través del sentimiento.

Existen cuatro elementos con cuyas energías particulares trabajan los elementales: fuego, aire, tierra y agua. A cada uno de estos elementos se les otorgan características específicas. Cada espíritu natural o elemental trabaja con dichas energías. Los elementales pueden variar su forma y tamaño, mas no su elemento.

Hablaré solamente del agua y sus elementales: las Ondinas. El elemento agua representa el cuerpo emocional y la purificación. Las ondinas habitan en las aguas: ríos y riachuelos, mares, cascadas, lagos y fuentes. Cada fuente posee su ninfa y cada océano su oceánida. Quienes las han visto dicen que parecen hermosísimas mujeres vestidas en luminiscentes trajes que reflejan los colores del arcoiris, pero dominan los tonos verdes. Llenas de gracia montan las olas, cambian el curso de las aguas, dan vida a las plantas acuáticas. Gustan de los arrecifes de coral, las grutas, las riberas de los lagos y los bancos de los ríos.

Su tamaño y forma es muy similar a la de los humanos, exceptuando unas pequeñas que viven en estanques y arroyos. A veces, por sus características etéreas, como sus tenues alas y vestimientas son confundidas con hadas; esto se debe a que las ondinas, grandes y pequeñas siempre están cerca y trabajan con esencias vitales y líquidos, sea en seres (plantas, animales y humanos) o espacios.

Fuentes:http://www.crystalinks.com/nature_spirits2.html, Marko Pogacnik, "Nature Spirits & Elemental Beings".

miércoles, 11 de junio de 2008

Diosas solares: Amaterasu

Con la llegada del verano (muy a pesar del calentamiento global, aún se puede sentir el cariñoso calor estival y ver el cielo azul) empieza también el culto al sol. Ya que el cielo también es el reino de la madre, la creadora, presento a la diosa solar Amaterasu, cuya tradición domina el sintoísmo, desde hace cientos de años, sobreviviendo al confusionismo y al budismo. Su santuraio más conocido fue erigido en Ise en el siglo VII. La dinastía imperial japonesa remontaba sus orígenes a Amaterasu, cuya festividad se celebra en todo el país.

Amaterasu es la hija de la pareja primordial Izanami e Izanagi. Era tan deslumbrantemente brillante que al nacer la enviaron a los cielos. Ella representa la energía fundamental de la tierra, la calidez y la compasión. La diosa tiene dos hermanos Susano-wo y Tsuki-yomi, dioses de la tormenta y de la luna.

Amaterasu también es conocida como "Aquella que Brilla en los Cielos", "Ilustre Diosa" o "Reina de la Planicie del Cielo". A la diosa se la conoce como aquella quien sembró y cultivó los campos de arroz conocidos como inada, representando la fertilidad. También enseñó a los humanos a cultivar el trigo y los gusanos de seda, así como a tejer con un huso. Muchas de sus damas de honor y doncellas eran tejedoras.

El mito más conocido involucra a la diosa Uzume con un mensaje de sanación a través del humor. El mito es el siguiente:

Susano-wo en un momento de terrible borrachera por los celos que tenía de la popularidad de su hermana, destruyó los campos de arroz de la diosa y luego profanó su morada con sus excrementos. Tambié mató un caballo y lanzó sus restos a la habitación de tejido, rompiendo los husos y dañando los finos tejidos. La horrorizada Amaterasu fue atravesada con el eje de un huso, al igual que algunas de sus doncellas (algunos mitos dicen que las atravesó en la vagina). Por esta razón, deprimida y humillada, la diosa se recluyó en una cueva negándose a regresar a los cielos.

El mundo oscureció y se volvió fúnebre y los humanos empezaron a sentir mucha hambre. Para que saliera de la cueva fueron "ochocientos incontables" dioses y diosas, quienes adornaron un árbol a la entrada de la caverna con joyas, cintas y espejos. La diosa herrera fabricó un espejo especial también. Pero la profunda depresión de la diosa impedía que saliera o se moviera siquiera. Uzume, la diosa de la alegría, concibió un plan. Dio la vuelta a una bañera e interpretó una danza ritual. El baile se volvía más y más frenético, por lo que la diosa comenzó a desvestirse y bromear. Abriéndose el kimono mostraba sus senos y los dioses se desataron en risas.

Amaterasu curiosa por el jolgorio y las carcajadas salió a la entrada de la cueva donde vio su reflejo en el gran espejo que estaba allí apostado. Deslumbrada por su propio brillo, no vio cuando los dioses cerraron la puerta de la cueva. Su tristeza fue disipada por el jolgorio y buen humor a su alrededor regresando a su hogar y destarrando a Susano-wo. El mundo volvió a brillar.

Fuentes: Shahrukh Husain, La Diosa

miércoles, 28 de mayo de 2008

Hadas de todo el mundo: Apsarâs



En una corta serie, voy a narrar la historia de "hadas" alrededor del mundo. En esta primera entrega hablaré de las Apsarâs.

En muchas y variadas mitologías, de todos los rincones del mundo, aparecen seres maravillosos y encantadores, que con sus cualidades evanescentes y mágicas, nos transportan hacia ese Reino Faérico, entre la Tierra y el Cielo. Si bien algunas de ellas nos podrían arrastrar hacia los más profundos abismos, la mayoría nos invitan a disfrutar de su belleza, una exaltación de la creación, un recuerdo al alma de que somos mucho más de lo que creemos.

En la mitología Hindú nacen, al principio de los tiempos, cuando los dioses movían las aguas del océano primordial, para formar ambrosía, unos seres hermosos y delicados, espíritus de las aguas y del viento, llamados Apsarâ. Estas ninfas o doncellas celestiales son mujeres de gran gracia, elegancia y belleza, que bailan al son de la música que producen sus esposos los Gandharvas, o sirvientes del dios Indra. A veces, vestidas como cisnes, bajan a la tierra para disfrutar del amor de los mortales, quienes son elevados al rango de héroes, tal como lo cuenta la historia de Purûravas y Urvaçi. Habitan en los palacios dorados del paraíso de Indra, o Reino Celestial de la mitología hindú. Se alimentan con ambrosía y ghee.


Las Apsarâs son tan seductoras que cualquier mortal que las mira se queda hechizado por siempre. Ni siquiera los dioses pueden resistirse a sus encantos. Aunque pueden cambiar su forma a voluntad, a menudo aparecen mujeres encantadoras con pequeñas cinturas, caderas redondeadas y piernas y glúteos firmes. Tienen senos generosos, redondos y firmes que inspiran amor divino. Sus preciosos rostros ovalados están magníficamente enmarcados por un lustroso y sedoso cabello negro. Sus ojos almendrados y sus labios como pétalos de loto enamoran a quien las mira.

Casi siempre se adornan con perfumes y ungüentos. Llevan brazaletes de oro y raras perlas en sus seductores brazos y campanas en sus tobillos. Sus cabezas están coronadas por tiaras de flores y usan largos aretes que resaltan sus delicadas facciones. Como vestidos sólo llevan puesta una pequeña faldilla de muselina celestial que se sostiene por un cinturón ricamente ornamentado.

A veces tienen el rol de representar las artes, al igual que las musas griegas; otras, son seres que habitan árboles e higueras. También tienen la función de "tentadoras", seres que, enviadas a seducir a los ascetas por el dios Indra, se enredan con humanos en apasionadas relaciones, alejándolos de su poder personal.

Fuentes: Pierre Dubois, "The Great Encyclopedia of Faeries"

viernes, 16 de mayo de 2008

La naturaleza y las hadas

Al penetrar al corazón del mundo de las hadas, nos hallamos ante la inmensidad de la naturaleza. En la palpitante morada de las posibilidades nos hallamos ante la variedad ilimitada de las especies. Al igual que las criaturas humanas, las hadas son individuales y muy sensibles. No les les debe confundir con meros seres elementales o fantásticos, a pesar de que algunas de ellas se nutran y cuiden de algún elemento en particular. Ellas tienen emociones y relaciones muy similares a las humanas, aunque con un sentido ético que se escapa a muchos de nuestra especie.


Cada familia de hada es única. Algunas son maliciosas e incluso peligrosas. Cada hada tiene su propia personalidad, estabilidad, talento, hábitos, gustos, etc. Las más vistas por los niños son las pequeñas hadas luminosas y danzarinas. su aspecto puede ser sólido o translúcido. Algunas veces se manifiestan en el espacio físico, pero la gran mayoría de veces somos nosotros quienes entramos a su Reino Mágico.

Entre las hadas, es posible verlas elegantes y también corrientes, humildes y amables o feroces, siniestras y traviesas. Sienten con intensidad tanto el dolor como el enojo, la alegría y el amor. Pero hay cosas comunes a todos los seres faéricos y son su pasión por cuidar la naturaleza, danzar y cantar. Les gusta hacer bromas y espiar a los humanos.

Dentro de el vasto mundo de las hadas existen dos subgrupos: las hadas que viven en comunidad, conocidas como hadas de tropa, y las solitarias. De las hadas de tropa se han ilustrado mucho sus famosas "rades" o desfiles, en las cuales todas van vestidas en sus mejores galas.

Si al entrar a un bosque con magníficos árboles, sentimos sobrecogimiento, se debe a la presencia de las hadas. Algunas de estas criaturas comparten su destino con los árboles y así adquieren características físicas del árbol al cual pertenecen. Algunos seres élficos son altas y delgadas doncellas y otros son viejecitos arrugados. Se diferencian de las damas blancas y de las damas verdes porque estas hadas son uno sólo con su árbol. Algunas son conocidas como Dríadas, Hamadríadas, Elfos del Bosque, Mujeres del Bosque, Trolls de los Bosques o Vily (en Bohemia, Hungría y Bulgaria).
Los árboles que se usan para los rituales mágicos son los que usualmente están "habitados" por espíritus del Otro Reino, tales como: fresno, roble, saúco, endrino, serbal, entre otros. Cada uno posee propiedades que las hadas emplean en sus hechizos y pueden compartir con los elegidos. Los habitantes mágicos defienden sus moradas, por lo que si se mata a un árbol, las consecuencias son nefastas para los perpetradores...

Fuentes: 
Edain McCoy, Guía de las hadas y otros seres fantásticos; Teresa Martin, Vida, secretos y costrumbres del mundo encantado de las hadas; Pierre Dubois, The Great Encyclopedia of Faeries.

lunes, 24 de marzo de 2008

¡La Primavera ya llegó!

El Equinoccio de Primavera llegó, anunciando el balance perfecto entre el día y la noche. Empieza a notarse un clima más cálido, noches más cortas (en el hemisferio norte) y un anhelo de unión. La fertilidad reina sobre los habitantes de la tierra, tanto animales como vegetales (los humanos tienen su propio ritmo). Se puede observar a las aves construyendo sus nidos y a los animales jóvenes apareándose. Posiblemente se divisen hadas afanándose en sus tareas, una vez han dejado atrás el letargo invernal.
Empieza la fiesta de los duendes, quienes gustosos atienden sus labores en una explosión de color y vegetación. Los espíritus elementales se sacuden y se despojan de su silencio y es posible entrar en contacto con ellos o sus travesuras en una tarde aparentemente perezosa. Ahora se extiende la invitación de la naturaleza hacia una época fecunda en creatividad, energía, ideas, vitalidad. Es posible que una idea o proyecto comience a cristalizarse.
Ostara, el sabbath del 21 de marzo o Equinoccio de Primavera, es el anuncio de resurrección, de nueva vida, del renacimiento de la fuerza vital -representada por el Sol- y de la fertilidad. Es hora de celebrar a las diosas del amor y la fertilidad (Afrodita, Ishtar, Astarté, Hator, Laksmi, Venus, Eostre, Ostara) y de los dioses (Osiris, Dionisios, Attis). Algunos de los símbolos que ha adoptado esta celebración, como los huevos de colores y el conejo, vienen de un mito de la diosa germana Ostara (equivalente a la sajona Eostre) que un día encontró un ave lastimada y, para sanarla, la transformó en conejo; pero la transformación no fue completa, ya que aún tenía la habilidad de poner huevos -que amorosamente llevaba a Ostara, delicadamente decorados (los huevos también simbolizan a la fertilidad y se comían ricamente decorados en la antigua Babilonia para los festivales de la primavera). Del mismo conejo se dice que era el consorte de la diosa y que tenía una libido muy desarrollada...

La diosa Ostara
Esperen un momento, ¡Jesus, el Cristo! ¡Por supuesto! Es Pascua, Semana Santa, Easter. ¿No es acaso lo mismo? De una forma u otra, para todos aquellos que celebramos la unión y la tolerancia entre religiones, sí es lo mismo. Esta época es el triunfo de la vida sobre la muerte o sobre la ilusión de la muerte... el ciclo de vida continúa. Vale acotar que la fecha de selección de la Semana Santa, es decir, del Domingo de Gloria (o de resurrección) está ligado directamente al Equinoccio de Primavera. Se elige la fecha considerando el primer domingo después de la primera luna llena que le siga al equinoccio... y después se cuentan para atrás los cuarenta días hasta Miércoles de Ceniza, y lunes y martes de carnaval...
Si bien en español Pascua viene del latín y significa "paso" y su relación directa es con la Pascua Judía, en inglés viene de Eostre, que era la diosa de la fertilidad de los sajones, cuyo nombre evoca el alba o nacimiento del sol. Ya que el sol nace por el Este que en inglés es East, de ahí viene Easter. En español no coincide el nombre, sí el significado, ya que la fecha se adoptó de varios cultos paganos: el renacimiento de la fuerza solar, que como Jesús, "trae la luz de la verdad y de la justicia divinas" (ya lo dijo San Jerónimo). Es también por esta razón por lo que el Sábado de Gloria (es decir, el Sábado Santo después de las cinco de la tarde) se realiza la bendición del agua y de la luz (o sea, de las velas). Así que para todas las religiones este es un momento de celebración y gozo.

Es un buen momento para plantar semillas y empezar su propio jardín de hierbas; unirse a la naturaleza en un largo paseo (sin olvidarse del paraguas), para alabar la belleza y el tesoro de la Gran Madre en su aspecto de Naturaleza. En el caso que deseen realizar un banquete especial, no olviden los productos lácteos, las nueces (a las que no sean alérgicos), flores, brotes, frutillas, y adornen sus casas con jazmines, rosas, violetas, peonías, irises, y narcisos... los que tengan otras opciones, como una buena Fanesca, ¡que les aproveche!
Fuentes: http://www.goddess.com.au/goddesses/Eostre.htm, www.wicca.com, "El anillo de las hadas" de Anna Franklin, www.religioustolerance.org/easter1.htm

martes, 4 de marzo de 2008

Las Doncellas del Mágico Reino Verde.

Para los verdaderos buscadores de hadas, el mundo ordinario se revela como un campo de infinitas posibilidades para el encuentro con estos seres mágicos. El corazón de la naturaleza es inmenso y penetrarlo es entrar al escenario de nuestra propia alma, para poder escuchar la canción mágica del mundo faérico. 

Un espacio que ha guardado desde siempre un aura mágica, ha sido el mítico "bosque". Al entrar a los bosques, levantamos el sutil velo entre los mundos y penetramos en el espacio inmenso de los sueños.

Los bosques, en especial lo que queda de impoluto en ellos, son los lugares comúnmente preferidos por las hadas. Se esconden en los claroscuros que nos confunden como si nos hallásemos dentro de un laberinto. Marcan las rutas con significados secretos y al seguirlas caemos más y más adentro del encanto del bosque que nos llama y nos rodea. Al perdernos entre los árboles, nos hallamos en camino de encontrar el Reino de las Hadas. A veces parece que aquellos gigantescos árboles, que nos sumen en la penumbra, atraen a los caminantes entre los mundos y nos invitan a perdernos y a penetrar en los secretos mundos del inconsciente. 
Como siempre, el que entra en el bosque con el corazón puro y buenas intenciones, nada teme; los demás aténganse a las consecuencias de su propia oscuridad y miedos.

Entre los muchos y maravillosos seres que podemos encontrar en los bosques son: 


También encontramos a las Damas Verdes. Se dice de ellas que han renacido de los destruidos y olvidados mundos antiguos, tan pronto como la naturaleza tomó otras formas. Estas doncellas emergieron del alma de la vegetación al amanecer, con el primer aliento del sol sobre la tierra. Surgieron de hojas, flores, musgo, escapando y a la vez retornando al/del espíritu que puebla los bosques.
Encontrar una dama verde es un indicio de vitalidad, energía, progreso y expansión.

Las damas verdes no deben su nombre al color de su piel, sino al de su ropa, que combina el verde en todas sus sombras. Ellas viven en el color de aquello que crece y por ello el verde es el color de los duendes. Las doncellas o damas verdes son las hijas de la luz. Se las suele confundir con otro tipo de hadas porque estos espíritus elementales han cambiado a través de los tiempos, tomando nombres y apariencias distintas, debido a que son seres muy antiguos. En su estado actual muy poco queda de inocencia y de silvestre. 

Viven alrededor de todo el mundo y son extremadamente bellas. En el pasado eran reverenciadas como diosas de los bosques y protectoras de la flora y la fauna del lugar donde habitaban y también guardianas de fabulosos tesoros.

Se dice de las Damas Verdes que al ser hijas de la luz son encantadoras e indescriptibles. Lastimosamente la mentalidad medieval las transformó en fantasmas y arpías, pero en realidad son seres llenos de bondad. Usualmente aparecen en las leyendas donde caballeros, príncipes y paladines caen perdidamente enamorados de misteriosas hadas, como Melusina.

Para los seres de los Reinos Mágicos, las Damas Verdes todavía son las guardianas del "espíritu del Reino Verde" y de la vida de los sueños, de las hadas y de las auroras. Sin ellas no habría campos verdes, hermosas flores ni arroyuelos cantarinos. No habría nada más que oscuridad y cenizas.

Fuentes: Pierre Dubois, "The Great Encyclopedia of Faeries"; Anna Franklin, "El Anillo de las hadas" .

martes, 12 de febrero de 2008

La diosa Brigid e Imbolc


En el hemisferio norte, al rededor del 2 de febrero se empiezan a derretir las primeras nieves, o al menos así era antes del cambio climático. Es señal del inicio de la primavera, que se celebrará en su pleno el 21 de marzo. Los animales tienen sus primeras crías y fluye la leche de la vida de sus ubres. Es tiempo de la bendición de la semilla y marca el punto central de la mitad oscura del año. Estamos frente a la sagrada celebración celta de Imbolc. La belleza de esta celebración se centra en la preparación para el crecimiento y la renovación. Otros festivales que se aproximan a esta fecha son: el Disting teutónico, que se celebra el 14 de febrero; la fiesta romana de la diosa Februa o también el día de Santa Brígida que fue la faz que adquirió la fiesta de la diosa Brighid; también la Virgen de la Candelaria o la Purificación de la Virgen después de haber dado a luz a Cristo.

En este sagrado día de Imboc se honra a la Diosa en su aspecto de Doncella, por lo tanto esta celebración es para todas las representaciones de la divinidad en su aspecto de Vírgenes y también los dioses del amor y la fertilidad. Es un momento para dejar atrás lo viejo y hacer un espacio para lo nuevo. 

Esta época indica el surgimiento de energías poderosas de purificación, frescura y originalidad. Es un buen momento del año para bendecir velas, dado que representa el traer a la vida (metafórica y literalmente) la luz.

La diosa principal de la celebración de Imbolc es Brighid, quien como ya lo dije, más tarde fue cristianizada como Santa Brígida, cuya historia era que había fundado el monasterio de Kildare. Los romanos la asociaron con la diosa Juno y por ello se la conoce como "reina del cielo", lo cual la asocia con la Virgen María. Se dice de ella que ayuda a los nacimientos tanto de humanos como de animales, da a luz a los nuevos brotes, y a las campanillas blancas que aparecen a través de los mantos de nieve. Es la guardiana de los pozos y las fuentes, de la tierra y de naturaleza.


Brigid, Brighid o Brigit es también la diosa de la fertilidad, tanto natural como creativa y por lo tanto la patrona de los poetas y los artistas. Cuenta la historia que cuando Brighid llegó al mundo, una torre de llamas se levantó desde su cabeza hacia el cielo. Los antiguos celtas y los posteriores primeros cristianos guardaban el fuego sagrado de Brighid. Fuego que por cierto era celosamente guardado sólo por mujeres... con una terrible maldición hacia cualquier hombre que se acercara al recinto sagrado. Este aspecto es muy similar a la Vesta romana y a la Hestia griega. Como diosa del fuego también se la asocia como diosa de la forja y de los metales. También se la considera diosa de todas las cosas de dimensiones superiores tanto físicas (montañas, tierras altas) y también actividades y estados elevados de conciencia como la sabiduría, excelencia, perfección, inteligencia y elocuencia poética. Los romanos que conquistaron las islas británicas asociaron estos aspectos de la diosa con Minerva.

Brighid también es diosa de la curación, de la sabiduría druídica y de las habilidades en el arte de la guerra, por lo que se le equipara a la diosa griega Atenea. Debemos recordar que los celtas eran un pueblo valiente y guerrero; sus mujeres eran feroces y la diosas guerreras predominaban. No temían a la muerte, ya que creían en la reencarnación.

Las implicaciones de la diosa Brighid en el misterio interior es muy compleja. Ya que representa tanto al agua como al fuego da cuenta de la necesidad de cambio y transformación, representadas por el agua; como de la creatividad y el crecimiento del mundo interior, representado por el fuego. Ella personifica la sabiduría que viene tanto del inconsciente como del supraconsciente, y nos llama a desarrollar la práctica de la receptividad, tanto en las artes como en la toma de conciencia de nuestros símbolos internos que surgen en los sueños y las fantasías. El cuidado de la tierra, la agricultura y la poesía simbolizan la necesidad de atender la fertilidad interna. Para mantener una vida plena, la creatividad es la clave. Una vida rígida y rutinaria crea una vida interior agreste. Los antiguos creían que los regalos de la facultad de expresión eran solamente un préstamo divino, por lo que hay que aprovecharlos.
Desde su cabeza irradia una llama que la relaciona con la mente y la inteligencia, por lo que es la patrona de los estudiosos e investigadores. Una de las implicaciones de esta asociación es la del aprendizaje como servicio a las divinidades. Ella también protege a los viajantes del mundo exterior y los de los mundos interiores.

En las narraciones populares, Brighid en su forma de hada, debe expulsar a la Hechicera del Invierno y recuperar la primavera. Los primeros deshielos y lluvias de los meses de enero y febrero se creían que purificaban la Tierra. Muchos duendes empiezan a salir de sus refugios invernales... La hechicera de Manx, llamada Caillage Ny Groagmagh o "Anciana de la Desolación", sale a observar también. Si el tiempo es bueno, adopta la forma de una gigantesca ave y recoge leña para calentarse durante el verano. Si es húmedo, se queda en casa y sin leña, por lo que deberá hacer que el resto del año sea soleado para que se seque la madera.


Fuentes: en.wikipedia.org/wiki/Brigid, "El anillo de las hadas" de Anna Franklin .

miércoles, 30 de enero de 2008

El Reino Mágico y la Danza

Entras a un lugar encantado y te percatas de todos los maravillosos seres que lo habitan. Seres que vibran de manera más sutil, casi ilusiones ópticas, juegos de luces. Piensas: ¿serán hadas? Pero te abstienes de decirlo en voz alta, para evitar que estos traviesos espíritus tengan poder sobre ti. Es posible que las tradiciones y el folklore sobre los seres pequeños estén basados en puras leyendas, nada desdeñables... quizá la duda les ofenda.

La "gente pequeña", también denominados "buenos vecinos" o "la buena gente", son seres temperamentales, como la naturaleza misma. Recordamos que en el pasado, cuando la palabra aún tenía poder de convocación y de realización, las hadas se hacían presentes a los incautos que pronunciaban sus secretos nombres. Dependiendo de la intención, surgía la reacción faérica... buena o mala según el verdadero deseo del corazón.

Se dice que las hadas habitaban la Tierra hasta la llegada de los humanos. Algunas de ellas, altas y maravillosas, gigantescas y poderosas, tomaron a algunos humanos como consortes y tuvieron hermosas hijas y valientes hijos. Sin embargo, el corazón contaminado por la envidia, la avaricia, las insaciables ansias de poder y demás defectos de los humanos, hizo que las puras hadas se retiraran de la tierra visible a un mundo subterráneo o talvez incluso paralelo, de donde salen usualmente 2 veces al año. La primera en Samhain, el actual Halloween, cuando la puerta entre los mundos se abre, y la otra en Vísperas de San Juan o 21 de Junio, el día más largo del año, en el Hemisferio Norte, cuando bailan sin cesar y conceden mágicos deseos a los amantes.


Si bien hoy en día se habla del "Reino de las Hadas" y se hace referencia al mismo como si estuviera localizado en algún punto geográfico determinado, incluso a veces, bajo tierra, lo que da lugar a terribles confusiones y malas interpretaciones. El mismo Chaucer unió el Hades con el Reino faérico y confundió a Proserpina con la reina de las hadas. Sin embargo no hay constancia de que la diosa romana del Inframundo (o su equiparable Perséfone griega), hayan tenido relación alguna con éstos seres mágicos, de una cultura y mitología muy diferentes.

Así que henos allí, en el "Reino Faérico", el mundo mágico, el espacio intangible, ilimitado, siempre cambiante. Lo confundimos con un transfondo natural, pero éste está tejido de sueños. Es posible llegar a él de improviso o a través de medios mágicos, con pociones especiales, sin embargo los efectos son los mismos: dependen de tu intención. Este viaje por espacios no lineales, por atmósferas mágicas, no necesita de mapas ni de itinerarios, aunque un talismán protector y varios regalos para agradar a las hadas no están demás.

Una vez dentro, lo que más deseo ver hoy, quizá mañana te hable de otra cosa, es la danza de las hadas. Porque el baile es uno de los pasatiempos favoritos de las hadas. Bailan solas, bailan en corros, son extraordinariamente hermosas, talvez altas, talvez pequeñas, siempre cantando y bailando al son de sus mágicas voces y de sus instrumentos musicales. Las noches de luna llena son sus favoritas, y bajo su resplandor tejen complejas coreografías, y a veces árboles y piedras se unen a esta fiesta.



Bailan en círculos con movimientos ágiles y cantan letras difíciles de descifrar. Su música es bella y fatalmente irresistible, que puede llevar a quien la escucha a un lánguido sueño y una ruptura con el tiempo. A veces se les unen otros seres élficos, con saltos y volteretas, hasta que el baile es frenético, embriagador y dura hasta el amanecer. Se considera a este baile como un ritual de regeneración de la energía que la tierra recibe del cosmos y nutre a la naturaleza. Se dice de los famosos anillos de las hadas, que son la reminiscencia de sus fiestas nocturnas y que pueden indicar el lugar de sus habitáculos.

Si un humano ve el corro danzante de hadas, es posible que se vea compelido a unírseles, pero debe saber que ese encantamiento es fatal, ya que no puede detenerse, por lo que el frenesí de la danza lo consumirá. Es aconsejable, por lo tanto, no ir solo o sola al país de las hadas, ya que solamente un par de buenos amigos o amigas pueden ayudarte a no caer incautamente en el hechizo mágico.
Fuentes: Beatrice Phillpotts, "El Mundo de las Hadas"; Teresa Martín, "Vida, secretos y costumbres del mundo encantado de las Hadas".

sábado, 5 de enero de 2008

Las Damas Blancas

"Íbamos, como si desenroscáramos un viejo tapiz entre los árboles... y el tapiz arrastraba en su tejido las flores diminutas y las constelaciones."
Manuel Mujica Láinez


Al entrar a los bosques o jardines amigablemente, olvidas por un momento la materialidad de lo que te rodea. Te adentras a un espacio de ensueño, donde las nociones de finitud y de pequeñez se transforman en borrosos vapores. En su lugar aparecen translúcidos y cristalinos sueños, donde las dimensiones de lo fantástico se suceden, dando una nueva significación a las horas, las distancias y los horizontes.

En estos, a veces fugaces, momentos de lucidez y comunión con el espacio maravilloso y mágico, fuera del orden invertido en el que vivimos, se produce una creación alquímica entre la materia imaginal y el espíritu imaginativo, transportándonos a una fulgurante y sutil alianza entre el aire, el agua y el alma.

Hemos sido bienvenidos por las canciones de las ranas, a los altares de la naturaleza, a la pureza de las fuentes sagradas, donde aún se escucha el eco de plegarias de la antigüedad, y nos internamos en mundos donde las hadas y los seres élficos moran, bailan, cantan, confundiéndose entre los velos de la bruma. Sentimos el perfume de los habitáculos de los seres pequeños y escuchamos susurros que se confunden con la brisa. Árboles, arbustos, plantas y flores están habitados por seres mágicos que los definen y defienden...

Aparecen entonces las Damas Blancas, corrientes energéticas y vitales en los parajes silvestres e incontaminados, como selvas y bosques vírgenes, cascadas, montañas y sierras, barrancos... a veces se las puede ver guardando manantiales naturales o fuentes. No se las debe confundir con los fantasmas atormentados que pululan en los antiguos castillos, ya que éstas hadas simbolizan la pureza del mundo y se las ve cuando las nubes se funden con los horizontes del otro mundo, en el eterno claroscuro de la memoria.

La Dama Blanca es un "genius loci" o un ser que protege el alma de un sitio específico, otorgándole a dicho paraje un aroma especial, así quien ahí entra, sea con un propósito o no, se siente como flotando sobre las ramas y las brumas, y los animales y plantas son extraños. Pocos seres humanos serán favorecidos con la visión de esta hada y convierten al lugar donde habitan en sagrado y por lo tanto debe ser reverenciado, manteniendo su pureza. Las damas blancas son altas y delgadas, llenas de gracia y belleza translúcida. Sus vestidos son blancos y brillantes, como si estuvieran hechos de luz de luna. Quien tiene un encuentro con este ser mágico de seguro va a ver su pensamiento y por lo tanto, su vida, trastocados para siempre...

Fuentes: Teresa Martín, "Vida, secretos y costrumbres del mundo encantado de las Hadas"; Anna Franklin, "El Anillo de las hadas", Pierre Dubois, "The Great Encyclopedia of Faeries".